¿Quién tiene la verdad?

Wilson Vidal

Wilson Vidal Sotomayor

Una gran cantidad de los problemas que nos fabricamos los seres humanos se forman cuando en las relaciones (de cualquier tipo) al menos una de las partes actúa bajo la premisa de que es posible tener un conocimiento de la realidad tal cual es. Muchas veces escuchamos en las controversias entre personas que alguna dice: «pero si así es la realidad», lo que, en la práctica, implica que esa persona asume que ella misma (o él) la está percibiendo de la manera correcta y que el otro la está percibiendo erróneamente.

Lo cierto es que a los seres humanos nos resulta biológicamente imposible percibir la realidad tal cual es. Intervienen aspectos fisiológicos determinantes de que en realidad hagamos una versión de la realidad que es, en primer lugar humana (los animales perciben diferente) y, en segundo lugar, individual. Esto ocurre porque también intervienen factores psicológicos provenientes de la historia experiencial de cada uno, así como las maneras particulares que cada uno tiene de organizar las percepciones según sus costumbres, intereses y emociones. Esto implica que tampoco todas las personas percibimos la realidad de la misma manera.

Estas controversias que invocan un conocimiento objetivo de la realidad suelen convertirse en disputas por la verdad y, eventualmente, se transforman en luchas de poder entre las personas. Pueden ser, por lo tanto, muy dañinas para las relaciones y causar muchos sufrimientos innecesarios. Lo vemos muy a menudo en las parejas, en las discusiones deportivas y políticas, en las discusiones entre padres e hijos, en fin, en innumerables situaciones.

Puede ser mucho más efectivo, para tener una buena vida, asumir de antemano que no podemos conocer la realidad como es y que siempre estamos funcionando a partir de una versión personal de ella. Si coincidimos con el otro, bien. Si no, tenemos mucho que conversar para acercar visiones y buscar un espacio en el que podamos convivir con nuestras diferencias. Las disputas por «quién tiene la razón» nunca se resuelven de manera satisfactoria y ocasionan muchas tensiones y sufrimientos en las relaciones.

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